Julio 08, 2025

Andrea Salinas CDMX, – Desde 2023, más de 300 futbolistas de la Primera, Segunda División y equipos amateurs se reunieron en la sede de la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales (MUFP). Su objetivo fue exigir a la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), clubes, medios y patrocinadores mejoras significativas en infraestructura, financiamiento, salud y visibilidad.

Peticiones públicas y contextos de precariedad

En aquella reunión, las jugadoras firmaron una carta con demandas concretas: acceso igualitario a instalaciones de calidad, apoyo económico, equipamiento adecuado y condiciones sanitarias e higiénicas mínimas. Rechazan entrenar en espacios públicos o estacionamientos, utilizar vestuarios inadecuados, costear uniformes, traslados, arbitraje, incluso contratar y pagar al cuerpo técnico. Tampoco aceptan la ausencia de seguro médico ni la carencia de cobertura mediática.

La protesta se reactiva en redes sociales

A pocos días de debutar en la Copa América Femenina Ecuador 2025, el plantel celeste volvió a manifestarse: el pasado sábado no entrenaron en el Complejo Celeste y publicaron un comunicado en redes sociales señalando que no tenían “respuesta favorable a la mejora de nuestras condiciones”. Exigen un “trato digno” y advierten que no aceptarán una organización “planificada a corto plazo, improvisada y sin una visión real de futuro”

En su comunicado, las jugadoras afirmaron que, sin avances concretos, podrían no competir en la Copa América. El debut está programado para el viernes 11 de julio en Quito, contra la selección de Ecuador.

Persistente desigualdad estructural

Las demandas actuales se arrastran desde hace años: denuncias sobre partidos en complejos sin público, reducción de encuentros, falta de atención médica, ausencia de ambulancias, camillas y seguros siguen vigentes en la temporada 2025, incluso tras la visualización de 2023.

Llamado urgente a la AUF

Las futbolistas piden contratos formales, viáticos justos, cobertura de salud, infraestructura digna, premios transparentes y un reconocimiento institucional a su esfuerzo. Reclaman equiparación de estos beneficios con los del fútbol masculino. Además, la comunidad deportiva con clubes como Peñarol y Nacional ofrece apoyo logístico si persiste el conflicto.

Un mensaje claro atraviesa este reclamo: las jugadoras uruguayas exigen condiciones mínimas de dignidad laboral, salud e infraestructura para representar a su país con la seriedad que merece. Ahora corresponde a la AUF dar una respuesta convincente, antes de que el balón comience a rodar en Ecuador.

Banner Content

Artículos Relacionados