Julio 04, 2025
Andrea Salinas CDMX, – Ashley Fiolek, nacida en 1990 en Dearborn, Michigan, es una de las figuras más inspiradoras del deporte motor. Sorda de nacimiento, logró convertirse en una de las mejores pilotos de motocross femenil de Estados Unidos, desafiando no solo las barreras del género, sino también las de la discapacidad auditiva.

Una carrera llena de logros
A lo largo de su carrera profesional, Fiolek ganó cuatro campeonatos nacionales (2008, 2009, 2011 y 2012) y acumuló un total de 19 victorias en el circuito profesional. Su impacto en el motocross fue inmediato: a los 17 años se convirtió en la primera mujer en aparecer en la portada de TransWorld Motocross, una de las revistas más influyentes del medio.
En 2009, firmó con el equipo oficial de American Honda, siendo la primera mujer en lograrlo, lo que marcó un antes y un después para las oportunidades de las mujeres en este deporte.

Una forma distinta de competir
Debido a su sordera, Fiolek no podía escuchar el rugido del motor, las instrucciones de su equipo ni a sus competidoras en la pista. En lugar de eso, desarrolló una aguda capacidad para sentir las vibraciones de la moto y leer visualmente su entorno, una habilidad que le permitió concentrarse como pocas personas pueden hacerlo en condiciones de alta presión.

Medallista en los X Games y figura mediática
Ashley también hizo historia al convertirse en la primera persona sorda en ganar una medalla de oro en los X Games, siendo además la más joven en lograrlo. Su historia la llevó a participar en programas de televisión, películas y campañas de concientización sobre discapacidad e inclusión.

Más allá del deporte
Tras su retiro en 2013, Ashley Fiolek se dedicó a ser actriz de doblaje en cine y televisión, además de impartir talleres de motocross para niñas y jóvenes con discapacidades. Su fundación busca inspirar a personas con sordera o con alguna discapacidad a seguir sus sueños sin miedo ni límites.
También publicó una autobiografía titulada Kicking Up Dirt, donde narra con honestidad su infancia, sus desafíos personales y los obstáculos que enfrentó en el mundo del motocross.

Un legado que trasciende el motocross
Ashley Fiolek no solo dejó una huella en el deporte, sino que también se convirtió en un símbolo de perseverancia. Su vida demuestra que las limitaciones físicas no definen a una persona, y que con disciplina, pasión y determinación es posible alcanzar la grandeza, incluso en los terrenos más difíciles.