05 marzo, 2025
Andrea Salinas, CDMX.- El caso de Larry Nassar, el exmédico del equipo nacional de gimnasia de EE.UU., es una de las mayores tragedias en la historia del deporte femenino. Durante décadas, Nassar abuso sexualmente de más de 300 atletas bajo el pretexto de tratamientos médicos. Su accionar fue encubierto por instituciones que debían proteger a las deportistas, como USA Gymnastics, la Universidad Estatal de Michigan y hasta el Comité Olímpico de EE.UU.
El inicio de las denuncias
El escándalo salió a la luz en 2016, cuando varias gimnastas valientes, como Rachael Denhollader, Aly Raisman y Simone Biles, denunciaron los abusos. Su testimonio desencadenó una investigación que llevó a la condena de Nassar a más de 175 años de prisión. Sin embargo, el caso también evidenció fallas sistemáticas en la protección de las atletas y la cultura de silencio y encubrimiento en el deporte.

Consecuencias y cambios en el deporte
Este episodio marcó un punto de inflexión en la lucha contra los abusos del deporte femenino. Las sobrevivientes han impulsado cambios en las políticas de seguridad, la regulación de entrenadores y médicos, y han fomentado una mayor apertura para que las denuncias sean escuchadas y atendidas. Las nuevas regulaciones han promovido protocolos de denuncias más accesibles, capacitación obligatoria para entrenadores y personal médico, y un enfoque más riguroso en la selección de profesionales que trabajan con deportistas menores de edad.
Un impacto global
El impacto del caso Nassar no se limita a la gimnasia. Ha sido un llamado de atención para otras disciplinas deportivas en todo el mundo, donde también han surgido denuncias de abusos similares. El movimiento #MeToo en el deporte ha cobrado fuerza y ha empoderado a más atletas a contar su historia sin miedo a represalias. Diversas federaciones deportivas han implementado medidas para fortalecer la seguridad de sus deportistas, pero aún hay resistencia en algunas instituciones que priorizan el prestigio sobre la seguridad de los atletas.

El futuro del deporte seguro
El deporte debe ser un espacio seguro para todas las mujeres y niñas. El caso Nassar nos recuerda la importancia de la denuncia, el apoyo a las víctimas y la necesidad de una vigilancia constante para prevenir nuevos abusos. Aún queda mucho por hacer, pero la valentía de estas atletas ha encendido un movimiento imparable por la justicia y la seguridad en el deporte. Es fundamental que gobiernos, instituciones deportivas y la sociedad continúen exigiendo rendición de cuentas y trabajando para erradicar el abuso y la impunidad en el deporte. La protección de los atletas debe ser siempre la prioridad, por encima de cualquier medalla o reconocimiento internacional.