31 marzo, 2025

Andrea Salinas, CDMX.- Por mucho tiempo, el deporte femenino ha intentado ser opacado por el masculino con argumentos que señalan la falta de rentabilidad, el escaso interés del público y la limitada inversión en su desarrollo. Sin embargo, esa narrativa ha quedado en el pasado. Según un reciente informe publicado por Forbes Woman y respaldado por un estudio de Deloitte, el deporte femenino ha superado la barrera de los 2.000 millones de dólares en ingresos, consolidándose como un sector en pleno auge y con un crecimiento sin precedentes.

Los números no mienten: en 2024, los ingresos generados por el deporte femenino alcanzaron los 1.880 millones de dólares, casi el doble de los 981 millones registrados en 2023. Este crecimiento exponencial no solo demuestra el interés creciente del público, sino la inversión de marcas, patrocinadores y medios de comunicación en el desarrollo y visibilidad de las competiciones femeninas.

Con estos datos sobre la mesa, queda claro que el deporte femenino ya no es un “nicho de mercado» ni una categoría secundaria dentro del mundo deportivo. Su impacto económico y social sigue en ascenso y las cifras confirman que llegó para quedarse.

Baloncesto y futbol: Los motores del crecimiento

Dentro de este fenómeno, dos deportes se han consolidado como las principales fuentes de ingresos en el sector femenino: el baloncesto y el futbol.

En el caso del futbol, el Mundial Femenino de la FIFA 2023 fue un punto de inflexión. Con más de 2.000 millones de espectadores en todo el mundo y récords de asistencia en los estadios, el torneo demostró el enorme interés global por este deporte. Además, la UEFA Women’s Champions League, la Liga F en España, la NWSL en Estados Unidos y la Superliga Femenina en Inglaterra, han experimentado un aumento significativo en derechos televisivos, contratos de patrocinios y asistencia en los estadios. Clubes como el FC Barcelona, el Chelsea y el Olympique de Lyon han liderado la inversión en fichajes y salarios, reforzando la profesionalización del deporte.

Por otro lado, el baloncesto femenino, encabezado por la WNBA de los Estados Unidos, ha logrado importantes avances comerciales. Con acuerdos históricos de patrocinio y nuevos contratos televisivos, la liga ha experimentado un crecimiento sostenido en audiencia y merchandising. La llegada de nuevas estrellas, como Caitlin Clark y Angel Reese, ha revitalizado el interés en la liga y han generado un impacto similar al de figuras masculinas en la NBA.

Este auge también se ha reflejado en otros deportes como el tenis, con jugadoras que dominan el mercado en premios y patrocinios, así como en disciplinas emergentes como el cricket y el ciclismo, que han comenzado a recibir mayores inversiones y reconocimiento global.

Los factores clave del crecimiento

El éxito económico del deporte femenino no ha ocurrido por casualidad. Detrás de estas cifras récord hay varios factores clave que han impulsado su consolidación en el mercado, por ejemplo:

  • Mayor visibilidad en medios

El crecimiento de la cobertura mediática ha sido fundamental. Las principales cadenas deportivas han apostado por la transmisión de partidos y competiciones femeninas, dándoles mayor alcance y permitiendo que el público se familiarice con los equipos y las jugadoras.

Plataformas de streaming como DAZN han jugado un papel crucial al firmar acuerdos exclusivos para la transmisión de ligas femeninas, aumentando la accesibilidad para ver los partidos y generando una comunidad de seguidores más sólida.

  • Aumento de Patrocinios e Inversión

Empresas globales como Nike, Adidas, Visa y Coca-Cola han comprendido el potencial del deporte femenino y han incrementado su inversión en patrocinios. El respaldo de estas marcas no solo ha elevado los ingresos de las ligas y jugadoras, también ha normalizado la presencia del deporte femenino en campañas publicitarias y eventos de gran alcance.

Mayor profesionalización y condiciones para las jugadoras

El reconocimiento del deporte femenino también ha traído mejoras en las condiciones laborales de las deportistas. La lucha por la equidad salarial ha sido un tema central en los últimos años, y aunque aún hay un largo camino por recorrer, las diferencias salariales se están reduciendo gradualmente.

Ligas como la NWSL y la WNBA han implementado convenios colectivos que garantizan mejores sueldos, condiciones médicas y mayor estabilidad financiera para las jugadoras, lo que ha permitido que más deportistas puedan dedicarse de manera exclusiva a su disciplina sin depender de empleos secundarios.

El crecimiento de la audiencia y el interés del público

Los datos reflejan que el interés por el deporte femenino ha crecido significativamente. Estadios llenos, récords de audiencia televisiva y una comunidad en redes sociales más activa, han demostrado que existe una base de aficionados sólida y comprometida con el crecimiento del deporte femenino.

Eventos como la final de la Women’s Champions League o el draft de la WNBA han generado un impacto comparable al de eventos masculinos, atrayendo tanto a seguidores tradicionales como a nuevas generaciones interesadas en el deporte.

¿Cuál es el futuro del deporte femenino?

Con un mercado en expansión y una industria cada vez más profesionalizada, el futuro del deporte femenino es prometedor. Se espera que el crecimiento continúe con proyecciones que indican que los ingresos podrían superar los 3.000 millones de dólares en los próximos años.

Además, la consolidación de nuevas ligas, la creación de torneos internacionales de alto nivel y la mejora en las infraestructuras deportivas serán clave para seguir impulsando el crecimiento.

El mensaje es claro: el deporte femenino ha dejado de ser una alternativa secundaria y ha demostrado que es una industria rentable, emocionante y con un potencial enorme.

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