Sofia Dieguez, CDMX.- ¿A quién no le gusta verse y sentirse bien? Todas y todos buscamos nuestro bienestar, pero muchas veces priorizamos actividades que solo nos brindan satisfacción momentánea en lugar de aquellas que realmente nos benefician a largo plazo. ¿Y si te dijéramos que hay una forma de verte y sentirte bien todo el tiempo? Al principio, es normal sentir cansancio, pero conforme tu cuerpo se adapte, notarás una transformación positiva en todos los aspectos de tu vida. Sí, hablamos del deporte. No importa cuál elijas, lo esencial es hacerlo, ya que sus beneficios van más allá de lo físico: impacta tu salud mental, emocional e incluso tu vida sexual.

Beneficios físicos

Dejando de lado que te ayudará al control de peso y la salud cardiovascular, también podemos destacar su gran impacto en la regulación hormonal, ya que contribuye a equilibrar los niveles de estrógeno, reduce el cortisol y mejora la sensibilidad a la insulina, lo que favorece el bienestar general y alivia síntomas del síndrome premenstrual. Además, el ejercicio es clave en el fortalecimiento óseo, ya que estimula la producción de osteoblastos, mejora la absorción de calcio y previene la pérdida de masa ósea, reduciendo el riesgo de osteoporosis y fracturas.

Beneficios mentales y emocionales

El deporte influye directamente en el equilibrio hormonal, permitiendo que el cuerpo funcione de manera óptima. Entre sus principales beneficios, ayuda a mantener niveles equilibrados de estrógeno, lo que puede disminuir el riesgo de enfermedades relacionadas con su exceso, como el cáncer de mama. Además, la práctica deportiva reduce el estrés al disminuir la producción de cortisol, lo que contribuye a mejorar el estado de ánimo y reducir la ansiedad. También promueve la liberación de endorfinas y serotonina, hormonas del bienestar que ayudan a reducir los síntomas del síndrome premenstrual y a mejorar la calidad del sueño.

Beneficios en el bienestar general

Las mujeres tienen un mayor riesgo de sufrir osteoporosis con el paso de los años, pero el ejercicio es una excelente estrategia para fortalecer los huesos y prevenir enfermedades óseas. La actividad física estimula la formación de tejido óseo, fortaleciendo su estructura y mejorando la absorción de calcio, lo que reduce el riesgo de debilitamiento óseo. A partir de los 30 años, la masa ósea comienza a disminuir, pero el ejercicio ayuda a mantener huesos fuertes y resistentes a fracturas. Además, el movimiento y la actividad física favorecen la síntesis de colágeno, esencial para la flexibilidad y resistencia de los huesos y articulaciones.

Más allá de los beneficios estéticos o de resistencia física, el ejercicio es una inversión en la salud a largo plazo. Para las mujeres, mantener una rutina de actividad física regular no solo favorece el equilibrio hormonal, sino que fortalece los huesos, previniendo enfermedades y mejorando la calidad de vida. Incluir ejercicios de fuerza, impacto y resistencia en la rutina diaria marcará la diferencia en la salud femenina a lo largo de los años.

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