Junio 05, 2025

Andrea Salinas CDMX,- Con México como coanfitrión de la Copa Mundial Femenina de 2031, crecen las expectativas y los compromisos de la Selección Nacional Femenil para consolidarse como una potencia en ascenso del futbol internacional.

Un nuevo capítulo en casa

Por primera vez en su historia, México será sede de una Copa Mundial Femenina de la FIFA, compartiendo la organización del torneo de 2031 con Estados Unidos. Este acontecimiento representa una oportunidad histórica para la Selección Mexicana Femenil: jugar como local en el escenario más importante del futbol mundial, con el respaldo de su gente y una visibilidad sin precedentes.

La expectativa no solo se limita a una buena organización logística, sino a una actuación deportiva que inspire y que represente el crecimiento del futbol femenil en el país durante la última década.

El proceso de crecimiento

Desde su participación en torneos como la Copa Oro W, donde logró avanzar a instancias importantes y vencer a rivales de peso como Estados Unidos, la Selección Mexicana ha demostrado un progreso constante en su nivel competitivo. Con una Liga MX Femenil consolidada y cada vez más exportaciones de talento a ligas extranjeras, la base del equipo nacional se fortalece con cada ciclo.

Jugadoras como Rebeca Bernal, Lizbeth Ovalle, Karla Nieto y Alexia Delgado ya se perfilan como líderes con experiencia internacional, mientras que nuevas generaciones emergen desde selecciones juveniles con gran proyección.

Una preparación que debe ser impecable

A seis años del torneo, el camino para llegar en condiciones óptimas exige un proyecto integral: continuidad en el cuerpo técnico, procesos juveniles sólidos, fogueo internacional de alto nivel y una sinergia fuerte entre clubes y selección.

Además, se espera que el Estadio Banorte y otros recintos de primer nivel sirvan como sedes principales para los partidos de México, lo que también implica una presión adicional por el rendimiento frente a una afición exigente y apasionada.

Más que futbol: el impulso al deporte femenil

El Mundial de 2031 será una plataforma no solo para el futbol, sino para seguir posicionando al deporte femenil como un espacio de desarrollo, profesionalismo y equidad. La Selección Mexicana Femenil tendrá el rol de embajadora de este mensaje ante el mundo.

La oportunidad de trascender como anfitrionas está sobre la mesa. El trabajo debe comenzar desde ahora, con visión, estructura y compromiso para llegar a 2031 no solo como participantes, sino como verdaderas contendientes.

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