Junio 09, 2025

Andrea Salinas CDMX,- Lusia Mae «Lucy» Harris fue mucho más que una jugadora de baloncesto. Nacida en 1955 en Minter City, Mississippi, se convirtió en una figura legendaria del deporte femenino, abriendo caminos que parecían imposibles en su época. Conocida como «La Reina del Baloncesto», Harris dejó una huella imborrable en el deporte colegial, internacional y profesional, en una era en la que las mujeres aún luchaban por el reconocimiento en la duela.

Dominio universitario con Delta State

Durante su etapa universitaria en Delta State University (1973–1977), Lusia Harris demostró ser una jugadora imparable. Condujo a su equipo a tres campeonatos nacionales consecutivos de la Asociación para el Atletismo Intercolegial de Mujeres (AIAW) en 1975, 1976 y 1977. Fue nombrada Jugadora Más Valiosa de cada uno de esos torneos, consolidando su lugar como una de las atletas más destacadas del baloncesto colegial.

Harris acumuló un total de 2,981 puntos y 1,662 rebotes a lo largo de su carrera universitaria, con promedios impresionantes de 25.9 puntos y 14.4 rebotes por partido. Bajo su liderazgo, Delta State alcanzó un récord de 109 victorias y solo 6 derrotas. Fue nombrada tres veces All-American por Kodak y recibió premios como el Honda Sports Award y la Broderick Cup, máximos reconocimientos para atletas universitarias.

Referente internacional y olímpica histórica

El talento de Harris también brilló a nivel internacional. Formó parte del equipo de Estados Unidos que ganó la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de 1975 y participó en el Mundial de Baloncesto Femenino ese mismo año.

En 1976, hizo historia durante los Juegos Olímpicos de Montreal, donde el baloncesto femenino debutó como disciplina olímpica. Harris anotó la primera canasta en la historia del torneo y ayudó a Estados Unidos a conquistar la medalla de plata. Fue la máxima anotadora y la líder en rebotes del equipo, consolidándose como figura fundamental en esa histórica participación.

La única mujer drafteada por la NBA

En 1977, Lusia Harris alcanzó otro hito insólito: fue la primera y única mujer seleccionada en un draft oficial de la NBA, cuando los New Orleans Jazz la eligieron en la séptima ronda (posición 137). Aunque no llegó a jugar en la liga, su elección representó un acto simbólico de inclusión en un deporte tradicionalmente masculino. Para ese momento, Harris ya había decidido iniciar una familia y no existía una liga profesional femenina consolidada en Estados Unidos.

Más allá de la cancha

Tras una breve participación en la Women’s Professional Basketball League con los Houston Angels, Harris se dedicó a la docencia y la dirección técnica. Obtuvo una maestría y trabajó como entrenadora y profesora en escuelas secundarias de Mississippi, donde continuó inspirando a jóvenes atletas con su ejemplo de dedicación y excelencia.

En 1992, Harris se convirtió en la primera mujer y la primera jugadora colegial en ingresar al Salón de la Fama del Baloncesto Naismith. Posteriormente, en 1999, también fue incorporada al Women’s Basketball Hall of Fame.

Reconocimiento póstumo

Aunque su legado fue reconocido en el mundo del deporte, la historia de Lusia Harris alcanzó una nueva dimensión con el documental The Queen of Basketball, dirigido por Ben Proudfoot. El cortometraje ganó el Premio Óscar al Mejor Documental Corto en 2022, apenas unos meses después de su fallecimiento en enero de ese mismo año.

Un legado eterno

La vida y carrera de Lusia Harris son un testimonio del poder del talento, la perseverancia y la pasión por el deporte. Fue una mujer adelantada a su tiempo, que desafió estereotipos y abrió camino para futuras generaciones de atletas femeninas. Su legado sigue inspirando a mujeres que luchan por un lugar justo en el mundo del deporte, demostrando que las verdaderas reinas no necesitan corona para hacer historia.

Banner Content

Artículos Relacionados