Andrea Salinas, CDMX.- Cuando hablamos de la gimnasia artística, hay un nombre que siempre resalta: Nadia Comaneci. La atleta rumana no solo dejó su huella en la historia del deporte, también rompió los límites de lo posible al obtener el primer 10 perfecto en unos Juegos Olímpicos. Su historia es un testimonio de talento, disciplina y resiliencia.

Los Inicios de una Leyenda
Nadia Elena Comaneci nació el 12 de noviembre de 1961 en Gheorgheni, Rumania. Desde muy pequeña, su energía y habilidades acrobáticas llamaron la atención de su familia. A los seis años, fue descubierta por el famoso entrenador Béla Károlyi, quien la vio jugando con volteretas en el patio de su escuela.
Ese fue el inicio de un camino lleno de sacrificios y logros extraordinarios. Bajo la rigurosa supervisión de Béla y su esposa, Marta Károlyi, Nadia comenzó a entrenar a un nivel de exigencia impresionante, lo que la llevaría a convertirse en una de las mejores gimnastas de la historia.

El 10 Perfecto: Montreal 1976
El momento que cambió la historia de la gimnasia llegó el 18 de julio de 1976 en los Juegos Olímpicos de Montreal. Con solo 14 años, Nadia se presentó en las barras asimétricas con una rutina impecable. Al terminar su ejercicio, el público esperaba la puntuación habitual, pero lo que apareció en el marcador sorprendió a todos: 10.00.
El motivo era simple: los organizadores de los Juegos Olímpicos nunca imaginaron que alguien podría lograr un 10 perfecto, por lo que los marcadores no estaban preparados para mostrarlo. Sin embargo, el anuncio oficial confirmó la hazaña: Nadia Comaneci había conseguido la perfección.
En total, en Montreal, Nadia logró:
- Siete calificaciones de 10 perfecto
- Tres medallas de oro (barras asimétricas, viga de equilibrio y all-around individual)
- Una medalla de plata (all-around por equipos)
- Una medalla de bronce (suelo)

Moscú 1980 y su Lucha contra el Régimen Comunista
Cuatro años después, en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980, Nadia demostró que seguía siendo una de las mejores gimnastas del mundo. Ganó dos medallas de oro (viga de equilibrio y suelo) y dos de plata (all-around individual y por equipos).
Sin embargo, la situación en Rumania era cada vez más difícil. El gobierno comunista de Nicolae Ceaușescu restringía su libertad, controlaba cada uno de sus movimientos y la utilizaba como símbolo propagandístico del país. Nadia estaba constantemente vigilada y se le prohibía salir del país sin autorización.
La Fuga de Rumania y su Nueva Vida en Occidente
En noviembre de 1989, poco antes de la caída del régimen comunista en Rumania, Nadia tomó una decisión arriesgada: huyó del país. Acompañada de un grupo de rumanos, caminó seis horas de noche a través de los bosques y pantanos hasta llegar a Hungría, donde pidió asilo político.

Legado y Vida Actual
Después de su llegada a Estados Unidos, Nadia se reinventó. Se convirtió en una de las figuras más importantes en la promoción de la gimnasia a nivel mundial y fundó junto a su esposo, el exgimnasta estadounidense Bart Conner, la Academia de Gimnasia Bart Conner, donde entrenan a nuevas generaciones de atletas.
Entre sus logros fuera del tapiz destacan:
-Premio Olímpico de la Paz.
-Miembro del Comité Olímpico Internacional.
-Embajadora del Deporte de UNICEF.

La Gimnasta que lo Cambió Todo
Nadia Comaneci no solo es una leyenda del deporte, sino un ícono de determinación y valentía. Su 10 perfecto en Montreal sigue siendo una referencia en la historia olímpica y su impacto en la gimnasia se siente hasta el día de hoy.